lunes, 9 de mayo de 2011

La Influencia de la Musicoterapia en Individuos con Mal de Parkinson

SOLEDAD VALENCIA
UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO
El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta en perturbaciones motoras y en disturbios cognitivos, neuropsiquiátricos y autonómicos. Las perturbaciones motoras comprenden problemas en el control de movimientos. Entre los problemas neuropsiquiátricos se encuentran la ansiedad y la depresión (Voon & Fox, 2007).
En la actualidad se han encontrado medicamentos que pueden disminuir los síntomas de los enfermos de Parkinson. Estos medicamentos funcionan al incrementar de forma importante los niveles de dopamina en el cuerpo de los enfermos (Voon & Fox, 2007). Sin embargo, los medicamentos para el mal de Parkinson, pueden tener efectos que superan a los de la enfermedad per se. A pesar de desconocer si estos comportamientos se dan simplemente por los medicamentos o por su uso junto a la enfermedad, existen estudios que prueban su relación con fuertes problemas psicológicos.
Mi trabajo consiste en brindar soluciones al mal de Parkinson gracias a técnicas en músicoterapia. Entre estas se encuentra: 1) La músicoterapia basada en la respuesta corporal bajo estímulos musicales altamente rítmicos (Sacks, 2007) 2) La músicoterapia basada en música de alto contenido emocional (Shulman, 2008), 3) La músicoterapia con imaginación de música (Sacks, 2007), 4) La músicoterapia basada en tocar un instrumento (Shulman, 2008).
Todas estas técnicas comparten el mismo objetivo, eliminar algunos síntomas de los enfermos de Parkinson en base a ejercicios centrados en la música. Los resultados son observables a partir de las primeras semanas. Se da una mejora de 25% en tres semanas. Esto se explica por el hecho de que individuos con mal de Parkinson, que no pueden controlar sus movimientos voluntarios (acción principalmente ligada al ganglio basal), logran guiarse por el ritmo y las emociones que les produce la música (Dalla Bella, Kraus, Overy, Pantev, Snyder, Tervaniemi, Tilman & Schlaug, 2009).Los resultados de este estudio mostraron una relación positiva entre músicoterapia y la mejora del mal de Parkinson. Sin embargo, la músicoterapia esta recién empezando a ser estudiada y sus cualidades aun se ignoran en la mayoría de países. Mi objetivo fue ampliar la información acerca del rol que puede tener la músicoterapia en personas enfermas de Parkinson.

 


                                   Capitulo 1: Introducción
Introducción
El mal de Parkinson es una enfermedad genética que se caracteriza por un daño en áreas cerebrales relacionadas con el movimiento voluntario. El mal de Parkinson (MPD) no tiene cura por el momento aunque las investigaciones han logrado encontrar curas medicas y terapias para la mejora de síntomas de la enfermedad (Butervan, den Hout, Matthews, Larsen, Brayne, Aarsland, 2008).
Se han propuesto soluciones menos drásticas que la cura por medicamentos para lograr mejorar la vida de estos individuos y volverla más placentera. Entre ellas se encuentra la Músicoterapia. La música es una forma de arte que existe en todo el mundo (Boso et al.2006). Además de cumplir funciones importantes en personas libres de enfermedades, la música guiada por expertos, proceso más conocido como músicoterapia, puede resolver conflictos emocionales y expresar problemas inconscientes y no hablados (Boso, Politi, Barale & Emanuele, 2006).


El cerebro humano esta innatamente adaptado para responder a música altamente rítmica (Shulman, 2008). En efecto, el sistema nervioso del ser humano es el único entre mamíferos que tiene tendencia automática a mover el pie cuando empieza la música (Shulman, 2008). Según Shulman, el movimiento se extiende al cuerpo entero. El ser humano baila y canta  con la música. El lenguaje y el movimiento son los principales afectados por el Parkinson. Por esto, músico terapeutas utilizan ejercicios de respiración, baile, canto y manejo de instrumentos para ayudar a la gente en tareas que ayudan a mejorar las funciones mentales y el movimiento.
Justificación
El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta en perturbaciones motoras y en disturbios cognitivos, neuropsiquiátricos y autonómicos. Las perturbaciones motoras comprenden problemas en el control de movimientos. Entre los problemas neuropsiquiátricos se encuentran la ansiedad y la depresión (Voon & Fox, 2007).
En la actualidad se han encontrado medicamentos que pueden disminuir los síntomas de los enfermos de Parkinson. Estos medicamentos funcionan al incrementar de forma importante los niveles de dopamina en el cuerpo de los enfermos (Voon & Fox, 2007). Sin embargo, los medicamentos para el mal de Parkinson, pueden tener efectos que superan a los de la enfermedad per se. Entre estos se encuentra el apostar en exceso, la híper sexualidad, el ir de compras en abundancia, comer por compulsión, el concentrarse de manera excesiva en un hobby, agresividad y el uso excesivo de la medicación (Voon & Fox, 2007). A pesar de desconocer si estos comportamientos se dan simplemente por los medicamentos o por su uso junto a la enfermedad, existen estudios que prueban su relación con fuertes problemas psicológicos.
El motivo por el cual se liga el uso de medicamentos dopaminergicos con comportamientos como el exceso en prácticas (hobbys, shopping, alimentación) y la adicción a las drogas, es el efecto de recompensa que brinda la medicina (Voon & Fox, 2007). Las regiones cerebrales relacionadas con los efectos secundarios de estos medicamentos, son el área ventral tegmental, proyecciones en zonas como el área ventral striatal, límbica y pre frontal cortical y el striatum ventral y dorsal. El uso de la droga empieza como explicito, controlado, pero poco a poco toma rumbos alternos y se vuelve implícito llevando poco a poco a la adicción (Voon & Fox, 2007).
 El Parkinson es una de las mayores enfermedades degenerativas. Afecta en promedio a un millón de individuos en Estados Unidos (Langston, 2009). Por el alto porcentaje de individuos afectados, es interesante estudiar técnicas alternativas a la intervención médica. Algunos individuos entran en depresión cuando su cuerpo rechaza medicamentos dopaminergicos, y es bueno brindar opciones que además de ayudar a enfermos con el mal de Parkinson, prevengan el abuso de medicamentos para la enfermedad.
El tocar y escuchar música, ayuda en los procesos de rehabilitación haciéndolos mas agradables y más efectivos. El motivo por el cual la música juega un rol importante la rehabilitación, es que es un estimulo multimodal (Dalla Bella, Kraus, Overy, Pantev, Snyder, Tervaniemi, Tilman & Schlaug, 2009). La música, transmite información visual, auditiva y motora a zonas especializadas del cerebro como la frontal, temporal y parietal, que se relacionan con el sistema de células espejo (Dalla Bella et al., 2009).  Además, la música produce conexiones neuronales distintas, que no se activan bajo ningún otro estimulo. Estas son, las que permiten que una persona logre realizar acciones que no puede efectuar en un ambiente cotidiano, bajo estímulos sonoros (Dalla Bella et al., 2009). 
La músicoterapia se ha utilizado en pacientes con Parkinson para mejorar sus capacidades motoras. Los ejercicios en músicoterapia consisten el movimiento corporal junto a música, preferiblemente al gusto del paciente. Además, el tocar un instrumento también ha mostrado resultados favorables. Individuos que presentan síntomas de la enfermedad de Parkinson como dificultad en el control de movimientos y en la articulación, mejoran en cuestión de días, y para ello no necesitan aumentar químicamente los niveles de dopamina (Robinson &Phillips, 2009).

Problema

Este ensayo presenta que el efecto de los medicamentos para el mal de Parkinson son insuficientes y a veces dañinos. El mal de Parkinson puede ser tratado con músicoterapia, la cual no presenta daños secundarios. Para tratar el tema, se busca explorar las diferentes maneras en que se utiliza el estimulo sonoro para el tratamiento del Parkinson.

Hipótesis

La utilización de músicoterapia influye de manera positiva en pacientes que presentan el mal de Parkinson.

Pregunta de investigación:

¿Cómo y hasta qué punto influye la Músicoterapia en la mejora de movimientos corporales en personas con Parkinson?

Definición de términos:

Parkinson.

El mal de Parkinson, tiene de 10 a 18 casos por 100,000 personas en un año. Tiene mayor incidencia en hombres a pesar de que afecta a ambos sexos. Se estima que el mal de Parkinson alcanza porcentajes entre 0.3 y 3% de la población general (García, Suárez, Dávalo, Castillo, 2008). Las causas exactas de la enfermedad de Parkinson, se desconocen. Sin embargo, existen factores clave para el desarrollo de la enfermedad. Entre ellos se encuentra el tabaquismo y la edad como fuentes principales (García et al., 2008). En 10% de enfermos con MDP,  existe una causa genética bien definida. Estos son los pacientes que presentan la enfermedad de forma más precoz. El 90% de estos enfermos, se encuentran causas esporádicas. En este caso, factores genéticos y ambientales juegan un papel importante; no se conoce con exactitud el grado de participación de los genes y del ambiente (García et al., 2008).
El mal de Parkinson se manifiesta neurológicamente por la muerte de células en la materia gris que a su vez baja los niveles de liberación de dopamina por el striatum afectando la entrada de putamen (Grahn, 2009). Junto a estas características de la enfermedad, se da el deterioro de sistemas motores, sensoriales y de atención relacionados directamente con la dopamina (Sacrey, Clark, Whishaw, 2009). Por este motivo, los individuos presentando Parkinson suelen tener dificultades para hablar, para controlar movimientos y tener fluidez en alguno de estos dos.
Un problema fundamental del Parkinson, es que afecta la zona del ganglio basal que está relacionada con la iniciación de movimientos de manera espontánea (Sacks, 2007). Cuando esto llega a extremos, el paciente sabe cómo hablar pero no logra el movimiento de sus labios, teniendo entonces solo actividad subcortical (Sacks, 2007).
Aun se desconocen las causas y la cura para el mal de Parkinson. Se necesitan de mejores y más largos estudios para encontrar la influencia de agentes de riesgo conocidos y desconocidos en el desarrollo de la enfermedad (García et al., 2008).

Músicoterapia.

La músicoterapia  se basa en el uso de la música y sus componentes; es decir ritmos, melodía y armonía para ayudar a un paciente o un grupo. Con la músicoterapia, se busca ayudar a la comunicación, en aprendizaje, las capacidades motoras, la expresión y otros objetivos psicológicos (Collet, 2011). Gracias a ella se logran mejoras de carácter físico, emocional y cognitivo (Collet, 2011). La terapia musical utiliza la música como estimulo visual, auditivo y motor. Gracias al uso de la música, se activan zonas cerebrales como el lóbulo frontal, temporal y parietal, que se relacionan con el sistema de células espejo (Dalla Bella et al., 2009).  La música produce conexiones neuronales nuevas, que existen bajo ningún otro estimulo.  La músicoterapia guía estas conexiones neuronales de tal forma que enfermos con problemas motores, logran realizar los movimientos normalmente frenados por sus enfermedades (Dalla Bella et al., 2009). El movimiento voluntario se encuentra en la mat4eria gris y el ganglio Basal (Dalla Bella et al., 2009).
Según la músicoterapia,  los seres humanos son especies musicales más que lingüísticas. Toda persona puede percibir la música entender su armonía y sus los ritmos (Sacks, 2007). Diferentes zonas cerebrales se activan con la música, permitiendo conexiones alternas para lograr un mismo objetivo (Lacárcel, 2007).  Las zonas cerebrales activadas se relacionan con la actividad sensorial de la música, su mensaje afectivo y su actividad intelectual. La actividad sensorial de la música, es decir la parte de la música que empuja al movimiento corporal, se localiza en la zona bulbar (Lacárcel, 2007). El mensaje afectivo, relacionado con emociones y recuerdos, se encuentra en el diencéfalo el cual recibe motivos y diseños melódicos y distingue entre una melodía feliz y una triste (Lacárcel, 2007). Finalmente, la actividad intelectual, la que precisa de actividad mental mas evolucionada para el análisis musical, se encuentra en el área cortical (Lacárcel, 2007). Al activar tanto la zona bulbar, el diencéfalo y el cortex, el uso de la musicoterapia en un individuo con enfermedades motoras puede permitir movimientos fluidos en base a la activación de conexiones neuronales asociadas al movimiento provocado por estímulos musicales (Lacárcel, 2007).
Capítulo 2: Revisión de Literatura
La bibliografía de este ensayo incluye libros, documentos y artículos de diferentes autores que son expertos en Parkinson y músicoterapia. Las fuentes están actualizadas; varían entre el año 2007 y el 2011 por lo cual el contenido es de bastante peso.
Los libros y documentos utilizados tienen contenido de autores centrados en el estudio del mal de Parkinson y la músicoterapia. Los documentos provienen de países de Norte América, América del Sur y Europa. La información se centra sobre todo en la relación de ambos términos. Los artículos son del año 2006 en adelante y provienen de Google Books, recursos electrónicos EBSCO, asociaciones de Músicoterapia a nivel mundial y videos documentarios de youtube.
La literatura está organizada a partir de cuatro temas principales. Se empieza por un acercamiento a la músicoterapia que explica que zonas se activan bajo el estimulo  musical. Luego, se pasa a los tipos de músicoterapia para el mal de Parkinson. En tercer lugar analizamos la relación entre música y la mejora en estado emocional de estos individuos. Finalmente vemos los límites que presenta esta terapia.
Fisiología del proceso de recepción de la música en el oído
Cuando la música agrada a un individuo, da sensaciones como escalofríos y una corriente fría que recorre la espalda (Boso, Politi, Barale, Emanuele, 2006). El circuito principal auditivo está formado por el nervio auditivo, el tronco cerebral, el tálamo y el cortex auditivo (Boso et al.2006). La traducción del sonido a señales neuronales se da en la cochlea una estructura en forma de caracol situada en el oído interno (Boso et al.2006). El nervio auditivo lleva la señal al tronco cerebral y se produce la sinapsis llevándolo al núcleo cochleo. Desde ese punto la información pasa al tálamo auditivo que gracias a conexiones en el cortex llegan a la corteza auditiva. Se activan diferentes zonas del cerebro dependiendo de la tonalidad y de la intensidad (Boso et al.2006). El estimulo musical, activa el sistema auditivo, el del tacto, el plexo solar y receptores musculares y articulares (Jauset, 2008).
Capacidades motoras
Habilidades motoras
Normalmente, cuando caminamos nuestro cuerpo sigue un ritmo específico que permite una óptima coordinación de movimientos. En el Parkinson esta capacidad desaparece (Shulman, 2008). Esta es la razón por la cual los individuos empiezan a caer en parálisis o en movimientos pequeños y bruscos en los cuales no tienen control.
El cerebro humano esta innatamente adaptado para responder a música altamente rítmica. En efecto, nuestro sistema nervioso es el único de mamíferos que tiene tendencia automática a mover el pie cuando empieza la música (Shulman, 2008). Con el paso a una admiración por la, el ser humano también comienza a distinguirse del resto de seres vivientes en el planeta. La música depende de la cognición simbólica. A pesar de tener mucho en común con el cerebro de primates, el ser humano desarrolla una capacidad interpretativa, genética cognitiva necesaria para, además de apreciar el arte, poder producirlo, interpretarlo y sentirlo (Zaidel, 2010). Al “sentir” la música, se da una conexión con el área de movimiento, el área bulbar, produciendo el movimiento del pie (Lacárcel, 2007).
 La música acciona conexiones de neuronas que trasforman el ritmo en movimientos ordenados. Se desarrolla un mecanismo de ritmo auditivo (Concetta Tomaino citada en Shulman, 2008). Es por eso que cuando empieza a sonar una música de fondo y una persona esta desplazándose, lo más común es que empiece a moverse al tempo de la música.
En 1966, Oliver Sacks hizo un estudio en el hospital Beth Abraham. La mayoría de pacientes se encontraban en inmovilidad total, o se movían con movimientos bruscos y acelerados. En este año no existía la cura para el Parkinson, como aun es el caso. Sin embargo, las enfermeras pudieron constatar que los movimientos de los pacientes se regularizaban con frecuencia bajo el estimulo musical. La observación en este tipo de prácticas viene desde hace años atrás. Sin embargo, muchos médicos prefieren optar por medicamento, pues se sigue viendo a la música como un método sin prueba científica. Al observar a estos pacientes con problemas de movimiento,  los observaban bailar fluidamente bajo el estimulo musical. Individuos que no podían caminar y tenían problemas en seguir un ritmo, hacían movimientos bruscos con sus piernas, los cuales se calmaban bajo el estimulo sonoro. El ritmo de la música en este caso tenía un rol importante en la coordinación (Sacks, 2007).
El motivo por el cual el tempo tiene importancia relevante es que los ritmos bien marcados son los que activan el ganglio basal. El ganglio basal, junto con a la corteza frontal y parietal tiene un rol importante en la función práxica (Restrepo, 2010) La función práxica, se comprende como el proceso deliberado de producir actos motores. Este acto es orientado hacia un objetivo puntual. La función práxica necesita de la intención, la motivación, la planificación, la programación, la secuenciación, la regulación y la ejecución, entre otros (Restrepo, 2010). Esta es la parte del cerebro que está más relacionada con la enfermedad de Parkinson. La diferencia entre caminar con un tempo fijo o sin tempo la constatan más los que sufren de la enfermedad. Personas sanas no notan la diferencia en su cuerpo (Grahn 2009). En un estudio por Emiro Restrepo, se encontró que al alterar los núcleos grises, aparecieron apraxias y problemas con el control del área motora por producto de disfunción de los ganglios basales causada por lesión cerebral (Restrepo, 2007). La conexión entre el ganglio basal y el área motora del cerebro es mucho mayor en música rítmica que en música que o consta de un tempo definido y constante. Además, se ha podido constatar que la gente que aprendió algún instrumento a lo largo de su vida presenta menores estragos dentro de la enfermedad de Parkinson (Grahn 2009). Esto quiere decir, que además de presentar mejoramientos para el mal de Parkinson, la música puede prevenir la enfermedad. El ganglio basal se activa más cuando la música impuesta se interioriza y se vuelve un ritmo interno (Grahn 2009). Cuando es externo no se produce mayor cambio.
En estudios de imágenes neuronales, se ha visto la activación del área motora cuando se está siendo impuesto a ritmos y tempos, sobre todo áreas promotoras y complementarias, el cerebelo y en el ganglio basal (Grahn 2009).
Para que músicoterapia basada en música alta en ritmos surta efecto, esta debe ser interiorizada por el paciente. Un ritmo simple que no tiene sub divisiones o un ritmo que no sigue un tempo no surten resultados. El mal de Parkinson afecta el ritmo interno de un individuo, el cual es mediado por el ganglio basal. El ritmo externo debe ser constante y preciso de tal forma que logre reemplazar al ritmo cerebral básico (Grahn, 2009).
En un experimento por Masayuki Satoh y Shigeki Kuzuhara en Japón, ocho participantes diestros en la etapa de Parkinson idiopática, es decir a principios de la enfermedad, fueron seleccionados para un experimento que relaciona música y movimiento (Satoh & Kuzuhara, 2008). Todos estos enfermos de Parkinson presentaban  problemas en el control de movimientos y dificultad al caminar sobre todo al momento de dar el primer paso. Estos enfermos del MDP, asistieron a una terapia musical en la cual se les entrenó para caminar, al principio escuchando música o el ritmo de un metrónomo, y al final al cantar mentalmente (Satoh et al., 2008). Los resultados mostraron un progreso inmediato. Después de una sola sesión de músicoterapia, el tiempo y los pasos al caminar en línea recta se relucieron de 0.7 y 1.3 pasos respectivamente (Satoh et al., 2008). Los pasos de los enfermos de Parkinson se volvieron más estables, fijos y bien dirigidos. Este estudio, propone que el cantar puede regular las funciones del ganglio basal haciendo que enfermos de Parkinson puedan moverse en velocidades correctas. El ganglio basal es la zona cerebral relacionada con movimientos controlados (Satoh et al., 2008). Además, entra el factor de pensar en la música, no solo escucharla. El ganglio basal se activa tanto al escuchar un estimulo sonoro como al imaginarlo. Esta gente anduvo caminando y escuchando música o un metrónomo por semanas y meses. Se lograron progresos en cuanto al ritmo y a la longitud (Satoh et al., 2008). El efecto de la musicoterapia, supera la acción de oír.
Un ejemplo del rol de la música aunque no esté presente en un estimulo sonoro, es el caso de Edith T., una mujer con rasgos avanzados de Parkinson. Edith T. fue de las primeras tratadas por Kitty Stiles, una de las iniciantes en musicoterapia en Estados Unidos. Stiles, trabajaba en el hospital Beth Abraham (Sacks, 2007). Edith T., tenía graves dificultades para moverse de manera fluida, presentando el rasgo común entre enfermos de Parkinson de no poder controlar funciones motoras. Sin embargo, Edith T. logró vencer los síntomas de su enfermedad gracias al uso de la músicoterapia (Sacks, 2007). En efecto, esta mujer podía dejar de lado el mal control de sus movimientos con tan solo imaginarse una melodía o seguir el ritmo de pasos de otros individuos. Esto solo puede variar con estímulos externos como la música que además de proporcionar placer, tiene larga duración (Sacks, 2007).
Sin embargo, ¿Qué prueba que los resultados de estos experimentos se deben específicamente a la música y no a cualquier otro estimulo sonoro? En un experimento realizado por Hui-Ing Ma, Wen-Juh Hwang y Keh-Chung Lin
en Taiwan, se impuso a individuos con Parkinson a ritmos y compases repetitivos. El experimento se dedico a comparar los resultados bajo un estimulo sonoro común y uno musical; específicamente música rítmica y el pronóstico del tiempo (Ma, Hwang & Lin, 2009). Los participantes (enfermos de Parkinson)  tenían que mover la parte de arriba de su cuerpo y luego la parte de abajo. Se impuso la música, se imaginó la música y se la quitó finalmente para observar cambios. No se encontró diferencia entre las tres etapas musicales (Ma et al., 2009). El paciente con Parkinson lograba moverse al son de la música tanto externa como imaginaria).  Sin embargo, el pronóstico del clima se manifestó de manera diferente. Al necesitar de pensamiento semántico, la atención del paciente se dirige hacia otra área que los sonidos decayendo así su desempeño. Los enfermos del MDP no presentaban las mismas mejoras que bajo el estimulo puramente musical (Ma et al., 2009). El modelo del funcionamiento del ganglio basal propone que el movimiento de los enfermos de Parkinson es lento porque la actividad neuronal preparatoria está deteriorada en esta área. El ritmo emitido por un metrónomo puede ayudar en tareas como la caminata o el chasquear los dedos (Ma et al., 2009). Este experimento comprobó que si bien, pueden existir todo tipo de estímulos auditivos como sonidos de la naturaleza, ruidos o un dialogo, el único estimulo sonoro que ayuda al movimiento motor en enfermos de Parkinson, es el musical. Esto aumenta la importancia de la musicoterapia (Ma et al., 2009). 
Interpretación musical
La audición musical puede ser complementada por otros ejercicios músico terapéuticos. La utilización de instrumentos de percusión también es recomendada por Shulman, Sacks y otros neuropsicologos especializados en musicoterapia. Se ha notado que la gente con Parkinson que toca instrumentos de percusión o el piano rinde más que personas impuestas a la terapia común y corriente (Shulman, 2008).  Dentro de los síntomas del Parkinson, también se encuentra la parálisis corporal. Muchos enfermos del MDP, permanecen en posturas incomodas con músculos tensionados por el mal funcionamiento del ganglio basal (Sacks, 2007). Sin embargo, la musicoterapia puede en este aspecto también ayudar a los enfermos de Parkinson.  En efecto, estos individuos pueden dejar de tener la postura ruda e incómoda que les impone el mal de Parkinson para tocar un instrumento. Pueden tocar una pieza de forma fluida, y sin incomodidad de movimiento (Sacks, 2007). Al terminar de interpretar la partitura, el enfermo vuelve a la posición impuesta por el Parkinson. El instrumento ayuda a los enfermos de Parkinson al desactivar por un momento el área de la materia gris para interpretar musicalmente (Sacks, 2007). Al ser la principal afectada por el mal de Parkinson, es la que se asocia principalmente con el descontrol muscular de los pacientes. Como fue mencionado anteriormente, la música despierta conexiones neuronales relacionadas con el movimiento con la música, no se pasa por el área motora común, la materia gris o el ganglio basal. De esta manera, pacientes con Parkinson que presentan dificultad para mantener una postura cómoda y común en el resto de seres humanos, pueden adoptar poses cómodas al interpretar música. La músicoterapia que incluye la interpretación musical también ayuda al mal de Parkinson (Shulman, 2008).
La educación musical tiene un efecto importante en la organización cerebral . Diferentes aspectos de la música se procesan en diferentes redes neuronales en ambos hemisferios (Boso et al.2006). Por este motivo, un individuo con Parkinson puede moverse fluidamente y adoptar posturas cómodas bajo el estimulo musical.

Ayuda en el área del lenguaje
Otra función de la terapia con música es la de ayudar en funciones como el lenguaje. Se ha observado que pacientes con mal de Parkinson, el problema de movimiento muscular se extendía de músculos bajo el cuello, a músculos en el rostro, provocando tartamudeo, tartajeo y una dificultad para hablar (Sacks, 2007). Sin embargo, la musicoterapia brinda una solución para este problema de lenguaje también. Los individuos con mal de Parkinson dejan de tartamudear al momento de cantar (Sacks, 2007). Durante los años en que Oliver Sacks estuvo trabajando en el hospital Beth Abraham, pudo notar que personas con el mal de Parkinson podían articular de manera adecuada canciones que conocían (Sacks, 2007). Los pacientes con MDP que no podían hablar por el grado avanzado de su enfermedad aun podían interpretar de manera fluida las letras de algunas canciones (Sacks, 2007). Esto poco a poco ayuda a la mejora del lenguaje de estos individuos. En este estudio se mostró que cuando se interpretan las letras de canciones se activa la zona derecha del cerebro (Sacks, 2007). Gracias a las neuro conexiones, dice se permite que parte del lenguaje que se da en el hemisferio izquierdo se traslade al derecho de forma impresionante. Un individuo con Parkinson que no puede hablar utilizando el hemisferio izquierdo para comunicarse con otros, sí puede cantar de manera fluida (lo cual también incumbe al lenguaje) utilizando su hemisferio derecho (Shulman, 2008).
Emociones
Muchos de los individuos que sufren del mal de Parkinson entran en depresión al constatar que su condición va en picada (Shulman, 2008). La música produce cambios emocionales en estos pacientes (Shulman, 2008). Las proyecciones de sonido  pueden dirigirse del tálamo auditivo (relacionado con estímulos sensoriales que filtra para mandar a la corteza) a la amígdala (que regula estados emocionales) y cortex frontal (que cumple un papel importante en la imaginación y el pensamiento). Estas regiones cerebrales comparten cualidades asociadas directamente con el sentimiento de emociones. Es importante notar que la reacción emocional frente a la música no está limitada a áreas subcorticales, también es mediada por la corteza (Boso et al.2006). Esto sobre todo concierne el hemisferio derecho aunque algunas regiones del lado izquierdo frontal también se ven afectadas (Boso et al.2006). La multitud de zonas cerebrales activadas por la música, brindan otra explicación acerca de cómo los individuos de Parkinson logran vencer los síntomas de la enfermedad bajo el estimulo sonoro (Boso et al.2006). El tálamo auditivo, el cortex frontal y la amígdala no se relacionan con el movimiento motor cotidiano, pero sí con el movimiento motor causado por la música. La música que provoca emociones es la música que mueve a los enfermos de Parkinson (Boso et al.2006).
Muchas veces, los enfermos del mal de Parkinson no sienten la capacidad de expresarse, al ser sus movimientos descontrolados y su lenguaje hablado reducido. Sin terapia musical, los individuos con MDP en muchos casos, tienen caídas del estado de ánimo. Con la música que produce emociones de felicidad hay liberación de  norepinefrina y melotonina (Shulman, 2008). La melotonina se encarga de la “regulación de ritmos biológicos; regulación neuroinmunológica; modulación del cito esqueleto y actividad oncostática” (Reyes, p195, 2009).
También se ha notado que al escuchar música antes de una operación baja la ansiedad, regula el latido del corazón y baja en nivel de la hormona cortisol que se relaciona con el estrés tal como una droga anti-estrés (Shulman, 2008). Esto ayuda a pacientes de Parkinson que deben imponerse a operaciones largas y peligrosas. Permiten que mantengan mas tranquilidad frente a una operación ayudando a que la espera sea más placentera (Shulman, 2008). 
En un estudio dirigido por Wendy Paris en Estados Unidos, 15 personas con Parkinson caminaron con un ritmo marcado por treinta minutos en un día. Después de tres semanas había aumentado su velocidad en 25% comparado con 7% de un grupo control. El ritmo se procesa por el sistema auditivo y se proyecta en estructuras motoras, creando entretenimiento. Cuando  gente escucha un ritmo musical le activan zonas del cerebro que no se suelen activar con el movimiento. Siendo así, las emociones frente a la música crean movimientos diferentes, basados en otras conexiones neuronales que logran superar el problema en el control de movimientos causado por el ganglio basal  (Paris, 2010).
El resultado depende mucho de los sentimientos de las personas hacia ciertos ritmos, melodías y armonías (Paris, 2010). La música que causa el placer y la que no activan zonas totalmente diferentes del cerebro. La música que agrada a las personas activa los lóbulos frontales, contrariamente a la otra que activa los lóbulos temporales (Paris, 2010). Al poner música que no resultaba placentera a pacientes, se agilizan zonas del cerebro normalmente relacionadas con diferentes grados de emociones negativas: amígdala, hipocampo, giro parahipocampal y lóbulos temporales, En el caso de emociones positivas producidas por la música se activaron zonas como el giro inferior frontal, el área inferior de Broadmann en el neocortex, ínsula, entro otros (Paris, 2010). Siendo así, el gusto musical, ligado con las emociones, promueve la mejora en el movimiento de personas con el mal de Parkinson. La emoción junto a la música, tratadas en la músicoterapia, permiten que en base a la activación de zonas cerebrales relacionadas con el movimiento controlado (aparte del ganglio basal y la materia gris), haciendo que la persona con mal de Parkinson mejore considerablemente (Paris, 2010).
Posibles límites y amenazas.
La música ayuda tanto a pacientes con Parkinson cuando afecta su capacidad de hablar y de moverse, sin embargo, cabe recalcar que esta terapia se hace de manera individual. No todo paciente se estimula con la misma música. Cuando la música no se elige correctamente, los resultados pueden ser negativos. El movimiento del paciente sigue el ritmo de manera extraña. La coordinación con la música que es la que ayuda a estos individuos depende de su nivel de identificación con la música. La música que es conocida y apreciada por la persona suele rendir mejores resultados.
Por otro lado, cabe recalcar que el uso excesivo de la música puede llevar a resultados negativos como alucinaciones musicales. Estas son aquellas que hacen que un paciente se desespere al pensar que está escuchando sonidos reales cuando en realidad lo estos provienen de su cerebro (Sacks, 2007).
Los sonidos deben ser bien administrados. Al igual que pueden provocar ayuda, relajación muscular y alegría en enfermos de Parkinson, algunos sonidos pueden ser perturbadores y molestar a los pacientes. Se ha visto que este ruido descrito como tormentoso puede molestar y perjudicar el proceso de superación de síntomas.
La metodología fue elegida en base a la información crucial para entender el rol de la Músicoterapia y su relación con el Parkinson. Todo el desarrollo gira alrededor de la pregunta de desarrollo. Para esto, se hizo un estudio bibliográfico acerca del tema en base a libros, estudios y artículos de diferentes fechas y autores. Estos documentos giran alrededor del año 2006 y el 2011. Las reflexiones son amplias pues cabe recalcar las diferentes maneras en que se puede estudiar este problema de tal forma de estudiarlo de manera total. Este trabajo se basa en métodos de comparación y reflexión en base a los variados puntos de vista. Así se busca encontrar la respuesta más propicia a la pregunta.
Este trabajo busca mostrar el papel que juega la Músicoterapia en enfermos de Parkinson y los diferentes métodos que se utiliza dentro del tratamiento. Para esto se opto por un estudio bibliográfico para lograr encajar bien con el límite de tiempo impuesto para el estudio.
La limitación principal de este estudio, es que no hubo tiempo suficiente como para hacer un estudio más profundo y en base a otros experimentos y documentos. Igualmente, la información acerca de música y el cerebro es bastante limitada pues es una rama de la sicología que recién está empezando a ser tomada en cuenta para el tratamiento y entendimiento de enfermedades. La mayoría de información proviene de Estados Unidos, por lo cual no se puede aplicar literalmente al caso Ecuatoriano.
El análisis de datos utilizó, sobre todo gran variedad de documentos que al ser comparados dieron ciertos resultados. La respuesta sin embargo presenta ciertos errores por la falta de información y tiempo.
Los documentos utilizados fueron escogidos en base a criterios de prestigio. Se utilizaron opiniones de los principales autores que tratan el tema de investigación. Igualmente, se utilizaron referencias alternas para la definición de términos. Estos documentos no tratan específicamente de Músicoterapia y Parkinson pero tratan de términos importantes en el desarrollo de este estudio. El texto principal del estudio es el libro de Oliver Sacks Musicophilia que es una de las fuentes más recientes de información acerca de la música en terapia.
Análisis de Datos
El rol de la Músicoterapia
La música hace parte primordial de la educación de todo individuo y se va desarrollando desde la edad más temprana a lo largo de la vida (Shulman, 2008). Por esto, las técnicas basadas en música se suelen usar para gran número de enfermedades degenerativas, principalmente el mal de Parkinson (Shulman, 2008).
Con la realización de este trabajo comparativo, se pudieron encontrar muchas maneras en que la música influye en un individuo con el mal de Parkinson. El mal de Parkinson manifiesta diferentes etapas. La etapa inicial de la enfermedad, presenta pequeños movimientos descontrolados sobre todo en las manos. La segunda ya presenta dificultades en el desplazamiento, y descontrol en movimientos (se vuelven acelerados y descontrolados). Finalmente, en la última etapa, el enfermo de Parkinson adopta poses incomodas de las cuales no puede moverse por decisión. En esta etapa el control de movimiento se vuelve aun más complejo, existe parálisis facial y corporal (Rothstein, 2010). Los métodos en musicoterapia que consisten en el desplazamiento con audición musical se aplica en la etapa inicial del MDP. Por otro lado, en etapas avanzadas con casos de parálisis se aplica la terapia de interpretación de un instrumento y canto. En las últimas fases de la enfermedad la musicoterapia no es de mucha ayuda (Shulman, 2008).
 La música brinda una terapia que logra mejoras en pacientes sin la necesidad de ingerir medicamentos fuertes (Voon & Fox, 2007). Adicciones y dependencia a los medicamentos así como adicciones a actividades como el juego, el sexo y las compras se manifiestan como efectos secundarios a medicamentos dopaminergicos (Voon & Fox, 2007).  Estos pueden en algunos casos bajar los síntomas, pero en otros, desencadenar efectos secundarios que superan hasta los males de la enfermedad misma. La Músicoterapia influye en cambios fisiológicos y neurológicos. En efecto, al ser impuestos a estímulos sonoros, los pacientes producen más dopamina y activan áreas motoras y del lenguaje en el hemisferio derecho; se juega un papel importante en la plasticidad cerebral permitido la creación de conexiones que superen conexiones básicas del cerebro (Dalla Bella et al., 2009). La música activa lóbulos frontal temporal y parietal, por lo cual puede reemplazar el movimiento voluntario controlado principalmente por el ganglio basal. El ganglio basal es el principal afectado por el mal de Parkinson. La musicoterapia busca, en base a las conexiones neuronales asociadas con la música movimientos controlados por otras áreas cerebrales (Dalla Bella et al., 2009).
En sí, la música provoca bajas en el estrés y subidas de ánimos cuando es elegida de manera correcta (Sacks, 2007). La Músicoterapia viene junto a nuevos enfoques porque no es una ciencia exacta. La misma música no surte efectos en cualquier individuo, depende de sus gustos, experiencias y motivaciones. 
Tipos de Músicoterapia en enfermos de Parkinson
En este trabajo se vieron diferentes tipos de terapias musicales que  ayudan en diferentes aspectos del mal de Parkinson: 1) musicoterapia basada en la respuesta corporal bajo estímulos musicales altamente rítmicos, 2) musicoterapia basada en música de alto contenido emocional, 3) musicoterapia con imaginación de música, 4) musicoterapia basada en tocar un instrumento.   principal que sostenía este método es que música alta en ritmos activa el reloj interno de enfermos con Parkinson. El ganglio basal se relaciona con el ritmo interno del individuo y al ser el principal afectado con este mal, los pacientes empiezan a tener mala coordinación y mal tiempo en sus movimientos (Restrepo, 2010). Algunos individuos tienen movimientos bruscos, repetitivos e incontrolables. Otros, en cambio adoptan una posición rígida de la que no se pueden mover (Sacks, 2007). La terapia que utiliza música fuerte en ritmos propone que estos activan nuevamente el ritmo interno corporal permitiendo que los individuos se muevan con más agilidad (Paris, 2010). El ejercicio de movimiento con música altamente rítmica es el más utilizado en casos de Parkinson (Paris 2010). Sin embargo, su alcance puede ser aún mayor si se lo une con criterios emocionales.
Otra terapia basada en música con enfermos de Parkinson busca movimientos con música que despierte emociones fuertes en los pacientes. Esta práctica tiene diferentes tipos de efectos. En efecto, la música que produce agrado es la que activa la producción de la hormona y neurotransmisor dopamina (Dalla Bella et al., 2009). La dopamina tiene como función principal, provocar altos grados de placer que aumentan la capacidad del individuo en su movilidad. En la Músicoterapia no se aplica un mismo tipo de tratamiento a cualquier individuo. En este caso, algunas personas con mal de Parkinson pueden obtener resultados con tan solo seguir un metrónomo pero la gran mayoría se siente más motivada por música que despierta sentimientos(Sacks, 2007). Por ende, la música escogida para desarrollar un uso adecuado de musicoterapia, es en la mayoría de casos música de alto contenido emocional para el paciente.
Otro tipo de tratamientos también utiliza la música para la del articulación en pacientes con Parkinson. Algunos casos de Parkinson en los cuales el enfermo ya pierde el control muscular facial vienen ligados a una afasia motriz. En la afasia motriz hay incapacidad de hablar aunque se puede comprender; una vez más la música vence los limites (Riofrio, 2008). En el caso del Parkinson, el problema se da más por problemas en control muscular que vuelven más difícil el articular, esto se conoce como disartria (Riofrio, 2008) . el Parkinson afecta áreas musculares en todo el cuerpo. Dentro de los movimientos musculares afectados por el MDP, se encuentra la parálisis facial, volviéndose difícil y hasta a veces imposible la comunicación oral (Sacks, 2007). Sin embargo, los enfermos de Parkinson que presentan esta parálisis facial aun pueden articular de forma adecuada al cantar (Sacks, 2007).
La terapia que más éxito tiene es la de música y movimiento basada en música que agrada al paciente y a la vez tiene alto contenido rítmico.
Aprendizaje musical y Parkinson
La música también es vista como una forma de prevención de síntomas de Parkinson y otras enfermedades progresivas (Boso et al., 2006). El aprendizaje de esta rama activa zonas cerebrales localizadas en ambos hemisferios cerebrales creando memorias y habilidades motoras en zonas opuestas del cerebro. Es por este motivo que si bien se pierdan cualidades básicas en cuanto a movimientos fluidos y coordinación, individuos logran superar estos síntomas al momento de leer una partitura o simplemente tocar una pieza de memoria (Sacks, 2007). En el libro de Sacks, Musicophilia, se habla del caso de Rosalie B. Una enferma de Parkinson en el hospital Beth Abraham. Rosalie B. estaba congelada en con su mano pegada contra sus lentes por efectos avanzados del Parkinson. Sin embargo, podía interpretar Opus 49, una melodía de Chopin con fluidez y moviendo sus manos de forma natural en el piano. Con tan solo nombrar Opus 49, Rosalie podía por unos segundos dejar la pose paralitica del mal de Parkinson (Sacks, 2007).  En este caso avanzados de Parkinson con individuos que no pueden cambiar de posición aunque esta les cueste gran incomodidad, los resultados son significantes. Al tocar el instrumento la persona cambia de posición de manera drástica para adoptar la postura de músico. Cuando termina la canción, vuelve automáticamente a su posición inicial. Al tener una educación musical, se tiene entonces una gran ventaja en cuanto a la lucha contra el Parkinson (Boso et al., 2006).
Individuos que no tocan un instrumento no tienen la posibilidad de abandonar su parálisis bajo el trance de la interpretación de una pieza musical. Estos pacientes no pueden mejorar su condición, pero puede al menos liberarse un momento de la postura que tomó su cuerpo.
La Músicoterapia puede ser de gran ayuda en pacientes que presentan el mal de Parkinson. Esto se debe a las cualidades rítmicas y emocionales que presenta la música. La terapia debe ser bien analizada y debe corresponder al nivel de Parkinson del individuo y a sus gustos musicales.
En el presente aun no existe una cura o un método de prevención de alta efectividad para el mal de Parkinson. Sin embargo existen ejercicios que pueden lentificar el proceso de los síntomas como el movimiento con música rítmica, altamente emocional y la interpretación musical. Existen genes que manifiestan la predisposición de un individuo hacia el Parkinson. En base a esto se puede hacer una estimulación temprana.

¿Cómo y hasta qué punto influye la Músicoterapia en la mejora de la condición física de personas con Parkinson?

Esta investigación logra responder a la pregunta desde diferentes puntos de vista. Se proponen terapias con música para el movimiento, para la mejora de emociones y progreso en el habla. Sin embargo, también existen limitaciones a este tipo de terapia. Es un trabajo bastante personalizado y que si no es llevado de manera adecuada puede llevar a consecuencias negativas. Además, al ser un trabajo tan personal y que no constan muchos especialistas que la utilicen, puede tener costos bastante elevados.
En este trabajo se encontró una relación positiva entre la  música y enfermos de Parkinson. Sería interesante ampliar este estudio a países latino americanos y orientales. La cultura musical es diferente, sigue otros ritmos, en el caso de Latino América, ritmos tropicales. Sería interesante analizar la relación entre Parkinson en los ecuatorianos y la música; ver si se puede aplicar lo visto en este estudio. Sin embargo, con la globalización la música esta volviéndose mundial.
En la actualidad, muchos enfermos de Parkinson no están informados acerca de los efectos del ritmo y la música en el progreso de su enfermedad. Existen pensamientos bastante cerrados en cuanto a los efectos del arte. Muchos individuos en Ecuador consideran que se puede utilizar únicamente para terapias de relajación. Es importante ampliar este conocimiento y trasmitirlo al máximo de personas posible para que pueda desarrollarse de mejor manera a nivel mundial.
Consideraciones finales
El desarrollo y el conocimiento de la Músicoterapia deberían desarrollarse de manera más importante en países de latino América, ya que ha demostrado lograr grandes cambios en enfermedades como en este caso el MDP. La mayoría de estudios acerca del potencial de la música se desarrolla en Estados Unidos, que brinda más fondos para investigación y búsqueda.
Existe una relación entre música y Parkinson. La música logra activar zonas motoras del cerebro alternas logrando devolver parte de las capacidades físicas al enfermo. A esto también se debe sumar la ventaja que presenta el aprendizaje de un instrumento en el desarrollo de zonas en ambos hemisferios cerebrales. Sería interesante que en base a esto, se exija que niños aprendan a tocar el instrumento de su elección.
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